Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde, complicado o demasiado pronto para ser quien quieres ser.
Tú me tendiste tu mano y yo la tome sin detenerme a buscarle el significado a mis actos, pero sentí esperanza por primera vez en casi un siglo, sin embargo el tiempo transcurrió y para cuando la razón fue capaz de entender lo que sucedió, las heridas en el corazón ya eran demasiado profundas.
Pero el tiempo protagonista de la vida, me demostró que a veces es un momento, un recuerdo y todo parece clarísimo. Y la vida te deja en claro donde te has equivocado. Es justo en ese momento cuando comenzas a pensar que no existe cosa mas triste que un recuerdo feliz, el poder recordarlo y no estar allí y sentir que la felicidad se te escapo de las manos una vez mas.
Hoy pienso que hubiera querido contarte mis miedos para convertirlos contigo en sueños, hubiera querido no ser solo un tiempo y darte mi vida, no solo un momento. Fue entonces que entendí que todo lo bueno dura el tiempo suficiente para convertirse en inolvidable. También logre comprender que estoy fuera de los recuerdos, del pasado, pero también estoy perdida.
Pero básicamente tarde o temprano las cosas que has dejado en el pasado, te alcanzan.
Sólo quiero que mis heridas siempre dejen marcas, deseo que se cierren y cicatricen, pero por favor dejad señal, porque quizás su estética no sea bella, pero es que no quiero que se me olvide los pasos que ya no tengo que dar y si conocer el nuevo camino que me queda por andar.
En fin, todo concluye en que aquellos cuentos de la infancia, nunca, jamás se hacen realidad, la realidad es más tormentosa, más turbia... asusta más. La realidad es más dolorosa que un “ y fueron felices por siempre”.
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